El fin de semana del 15 al 22 de mayo en el centro de la ciudad de México se llevó a cabo la “Feria de las culturas amigas” Un evento lleno de color, que estaba hecho para conocer más allá de nuestro horizonte, atravesar muchas fronteras en unos cortos pasos.

Aunque el espacio que tenía cada país para presentar y representar a su cultura era pequeño, muchas de ellas me dejaban asombrada, pues en realidad parece que viajaras a otro mundo, no te das cuenta que está en tu continente, que hablan tu idioma, que trabajan en este país y que les asombra más que a ti.

 

En Egipto pude ver estatuas de sus dioses importantes en su cultura, en la India, las hermosas prendas y la forma de escribir mi nombre, en España los panes, el vino y la vestimenta llamo mi atención, en Grecia había pequeñas esculturas de sus dioses, que además son perfectas, y postres que no pude probar.

Pero sin duda mi favorita fue Haití, que además de lograr contagiarnos su cultura, recibían con una gran sonrisa, que refleja gran alegría y baile característico, una bebida de frutas tropicales, pero también un café difícil de igualar.