La verdadera medida de la inteligencia no es el coeficiente intelectual sino las emociones. Las tensiones de la vida cotidiana, la presión, los nervio, alteraciones y las exigencias entre otros son situaciones que tienen a alterar el estado emocional en la mayoría de las personas, llevándolas a sus límites se podría decir que el resultado es el desequilibrio emocional y afecta tanto en su desarrollo personal como el ámbito laboral, se deberían utilizar las emociones de forma inteligentemente, para el beneficio propio de modo a que nos beneficien en todo momento.

A veces también creemos que una persona puede ser muy inteligente resolviendo problemas mentales, resolviendo operaciones, o que sepa definiciones o términos de un tema, pero al querer resolver algún problema cotidiano se bloquean y no saben hallar una solución entonces nos damos cuenta que no son realmente inteligentes. En todo momento es importante manejar de una gran manera nuestras emociones ya que siempre en nuestra vida cotidiana se pueden notar y hasta a veces ocasionar problemas tanto físicos como mentales pero si se maneja adecuadamente podemos solucionar muchas cosas tanto como problemas, crear nuevas cosas, proponer nuevos proyectos etc., y nos damos cuenta de que la frase esta en lo correcto.