Últimos reportes indican que el 60% de las playas de Florida están en peligro de desaparecer, al menos como se les conoce, puesto que las tormentas y mareas altas las socavan cada vez más.
De momento, un remedio que han estado utilizando las autoridades es importar arena, pero ésta, es cada vez más escasa y cara, por lo que la situación se vuelve alarmante mientras las costas siguen siendo absorbidas por el mar.

Las playas de Miami-Dade, Palm Beach y Broward, estan viendo como opción utilizar cristal reciclado pulverizado, traer arena de minas a cielo abierto o comprar arena de los países caribeños, siendo estas 2 últimas más complicadas, ya que la para la primera opción, sólo durante la temporada turística tendrian que utilizar 20, 000 camiones que pasarían por South Beach y para comprar a países caribeños el ejército norteamericano debe probar que no hay arena disponible debido a contingencias ambientales o económicas.

Esta situación está poniendo sin duda nerviosos a las autoridades de Florida y hoteleros locales quienes tienen años de ofrecer servicios de lujo y si las playas dejan de ser atractivas porque se quedan sin arena, los clientes habituales se irán a otros lugares.

 

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