El BCE reduce la ratio de capital de la banca española un 0,4% en los test

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La banca española ya sabe más o menos si ha aprobado los test de estrés, aunque desconoce si su nota es un aprobado, un notable o un sobresaliente. Los encuentros vis a vis que han mantenido los distintos bancos europeos con el BCE para despejar las dudas que pudieran surgir a última hora antes de anunciar los resultados de este examen han proporcionado a las entidades suficientes datos para saber si han pasado el corte del aprobado o del suspenso.

Pese a ello, en los últimos días los bancos españoles han tenido que reducir en unas décimas los resultados de su ratio de capital. El Banco Central Europeo (BCE) ha cedido a la presión de Alemania y Francia y ha optado por eliminar del cómputo del ratio de capital los fondos propios. No así los créditos fiscales (DTA en sus siglas en inglés) que, pese a ciertas especulaciones que corrieron como la espuma entre el jueves y el viernes de la semana pasada, se mantienen en la suma de la solvencia de las entidades españolas.

Las reuniones con la banca española se iniciaron el pasado 29 de septiembre. Las abrió la vasca KutxaBank, la entidad financiera que mejor nota obtuvo en los test de estrés realizados hace dos años, pero fue Santander el primero de los grandes bancos que acudió a Fráncfort, sede del Banco Central Europeo. El último grupo financiero español en pasar por esta institución será Sabadell, que lo hará mañana viernes, por lo tanto, será también el último en conocer sus resultados de forma aproximada. Aunque como en el caso del resto de las entidades financieras españolas, parece que ha salido airosa de estas pruebas de resistencia si se tiene en cuenta los contactos que han mantenido todas las instituciones financieras con el Banco de España tras rellenar las planillas correspondientes a los test de estrés.

Tras estas reuniones, las entidades financieras tienen 48 horas para rectificar o explicar aquellas dudas que tenga el BCE sobre los datos remitidos del banco en cuestión. Las instituciones financieras conocerán sus resultados definitivos el próximo 24 de octubre y el BCE, junto a la Autoridad Bancaria Europea (EBA en sus siglas en inglés), los comunicaran al mercado el domingo 26.

Pero los bancos españoles han visto cómo en los últimos días sus ratios de capitalización final, tras realizar las pruebas de estrés, se han reducido sin haber ocurrido nada para ello, sino un cambio de criterio del organismo que preside Mario Draghi.

El BCE decidió en la recta final de los test de estrés que los bancos españoles debían descontarse de su capital el impacto positivo de los fondos de comercio y de los intangibles. La excusa era homologar criterios, ya que Francia o Alemania no los tenían ya en cuenta en el cómputo de su capital.

Ante ello, el Banco Central Europeo pidió inicialmente a la banca española que rectificase a la baja sus resultados de los test eliminando en cinco años, a razón de un 20% por ejercicio, el impacto en el capital de los fondos de comercio. De esta forma, para los años 2013, 2014 y 2015 (ejercicios que se toman para realizar las pruebas) las entidades han ajustado este impacto en un 60%. Pero al final, y ante la presión de Francia y Alemania –que eliminaron de un golpe de la lista de mejoras de capital el efecto de los fondos de comercio–, reclamó a las entidades españolas, italianas y portuguesas –los tres computaban igual los fondos de comercio– que adelantaran y aplicaran directamente en el resultado final el recorte del 40% que les quedaba por restar por este concepto.

A cambio, el BCE decidió mantener en el cómputo los intangibles en el ratio de capital.

Esta medida ha provocado que de media, los bancos españoles bajen su ratio final de capital en los test de estrés entre 30 a 40 puntos básicos, explican varios expertos y las propias entidades. Pese a ello, parece que les afectará en un bajón de la nota final, pero no supondrá un giro que pueda suponer el paso de un aprobado a un suspenso.

El banco español que se ha visto más perjudicado por esta medida ha sido Santander, le sigue Banco Popular, luego CaixaBank, Sabadell, BBVA y Bankinter. Las entidades españolas han decidido no dar más la batalla por esta medida, ya que entienden que entra dentro de la alineación de conceptos que quiere llevar a cabo el BCE. Pese a ello, consideran que esta era una de las medidas que se había reservado a la discrecionalidad del Banco de España.



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jose-caballero

Mi abuela es mas gorda que un BANEBLADEEEEEEEE.

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