APREHENSIÓN DE JUAN EL BAUTISTA (12 de 77)

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¡Alabado sea Jesucristo!

 

México, D.F. Septiembre 19 del 2014.

II.2.- APREHENSIÓN DE JUAN EL BAUTISTA                

(Mt 4, 12-16; Mc 1, 14-15; Lc 3, 19-20)

 

“Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías (8,23; 9,1-2):

            ‘¡Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,

            camino del mar, allende el Jordán,

            Galilea de los gentiles!

            El pueblo que habitaba en tinieblas

            ha visto la luz;

            a los que habitaban en paraje de sombras de muerte

            Una luz les ha amanecido.’”

Evangelio según San Mateo

“. . . Pero Herodes, el tetrarca, reprendido por Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano, y a causa de todas las malas acciones que había hecho, añadió a todas ellas la de encerrar al Bautista en la cárcel. . .”

Evangelio según San Lucas

           

 

            Hace apenas unos días Jesús había sido Bautizado por Juan; después de ello, en las tentaciones, ya se habían ‘visto las caras’ Satanás y Cristo en señal de pleno enfrentamiento. Y ahora vuelve a atacar el Demonio jugando sucio: se le ha metido a Herodes en el alma y éste ha hecho preso al primo mayor de Jesús, a Juan el Bautista, el hijo de Zacarías e Isabel, la prima de María su Madre. 

 

            Como no le funcionaron las tácticas para hacer caer a Jesucristo, ahora el Diablo continuará con su vieja forma de ataque: agredir a las personas que aman a Jesús o a aquellos que le sigan.  Muchos de estos eventos se presentarán en los próximos tres años de la vida del Señor; muchas agresiones deberán ser enfrentadas por sus seguidores de parte del Demonio.  Por supuesto que Satanás no quiere que el Mesías prospere; lo quiere desacreditado, lo quiere desconocido por el pueblo, lo quiere indispuesto en Su Ministerio.

 

            Juan el Bautista llevaba más de cinco años predicando el arrepentimiento de las faltas y el perdón de los pecados, en las riveras del Jordán;  muchos inclusive, por esta labor pensaban que él era el Cristo.  Sin embargo, el mismo Juan deja muy clara cuál es su posición al respecto cuando les dice: “. . .Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo. . . Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. . .”  Todo esto lo hacía consciente de su labor como Precursor de Cristo, profetizando las últimas señales acerca del Mesías; ya que, propiamente dicho, Juan el Bautista es el último de los profetas Mesiánicos. 

           

            Por supuesto, al igual que todos los profetas anteriores, El Bautista también reprendía y pregonaba el mal comportamiento de los reyes, su desobediencia a Dios y el desacato a las costumbres judías de purificación.  Era muy querido por el pueblo, pero odiado en gran forma por los reyes gobernantes de la región; tanto Herodes Antipas, como Arquelao y Herodes Filipo (los tres hijos de Herodes el Grande), temían mucho las invocaciones de Juan.  Precisamente por una de estas determinaciones es que Herodes Antipas lo apresa.

 

            Juan ya nunca recuperará su libertad; muchos de sus discípulos, al quedar sin la presencia de su amado Maestro, pasarán a formar parte de los seguidores de Jesús de Nazaret e inclusive, dos de ellos (Juan de Zebedeo y Andrés), serán Apóstoles escogidos por el Señor.  El Bautista seguirá pendiente del Ministerio de Jesucristo durante todo el año que permanecerá preso y, ante su desesperación humana, mandará preguntar a Jesús: “. . . ¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?”  Cristo, muy consciente de este sentimiento y de la pena que embarga a su querido primo, le responde: “. . . Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva. . .”, con lo cual Juan queda plenamente satisfecho, pues ahora sabe que su labor como ‘la voz que clama en el desierto’ y ‘el Precursor del Mesías’, ha quedado concluida.

 

            Pero estos hechos no tienen un significado aislado, están relacionados con el Ministerio de Jesucristo; y éste es el asunto que en realidad le preocupa a Satanás: Jesús dejará Nazaret y empezará a visitar todas las ciudades y poblaciones de Galilea proclamando el Evangelio, la Buena Nueva.  Por eso el Demonio está al acecho del Mesías, porque la liberación de la humanidad está en camino y nada ni nadie la detendrá.

 

Afectísimo en Cristo de todos ustedes,

 

Antonio Garelli

 

 

 

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