CAPÍTULO IV - Mashiaj Inquisitionis (20)

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¡Alabado sea Jesucristo!

 

Ciudad de México, Agosto 4 del 2016.

 

Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil.

(20)

 

CAPÍTULO CUARTO

‘Mashiaj’ Inquisitionis

 

 

Capreæ – Reghium

Iulius VI

Año XX del Reinado de Tiberio Julio César

EL COMIENZO

 

Hoy partimos a Hierosolyma, un viaje largo, difícil e incógnito; vamos por el “Honoris, Legis, Iustitia” del Ejército, del Gobierno y del Imperio, en esa zona tan conflictiva que es Palestina y sus Provincias, especialmente la de Iudae.  Desde siempre toda esta gente ha sido reacia al Derecho Romano; con eso de que tienen ‘su propia Ley Divina’, no aceptan ninguna ‘adecuación’ o ‘actualización’ sobre preceptos legales que necesariamente deben ir cambiando en la sociedad.  Llevaré conmigo los veinte volúmenes que el Sacerdote Theodorus me ha facilitado de la Torá Iudarum, el ‘Juicio de Iesus Nazarenus’ y los resúmenes de ‘Los Macabeos’ que me han dado Domiciano y Aurelio Sueto; tengo mucho que leer durante el largo viaje, ocho días a partir de hoy.

 

Es primera hora de la mañana y estoy en reunión con mis colaboradores más cercanos, entregándole al Præfecto de Navis Selenio Abdera el itinerario de viaje que habremos de realizar, y tomando de cada uno los comentarios que haya en función a sus responsabilidades; iremos todos:

            Tadeus Tarquinii     Asistente Personal              Etrusco

            Selenio Abdera        Præfecto de Navis               Hispano

            Tremus Aquilae       Centurión defensa               Cartaginés

            Marcus Ponte           Centurión ataque                 Cartaginés    

            Diófanes Pireo         Centurión Legionario         Macedonio   

            Camilus Méver        Centurión Legionario         Germánico

            Nikko Fidias             Centurión Legionario         Griego

 

Además, se unirán a nosotros los nuevos Centuriones reclutados en Mediolanum, expertos ballesteros para la “Liburna Christina”, hasta completar mi escuadra de doce hombres. Irán también tres scriptôris para resumir las respuestas de los iudaicus de Garlla.  Demustus, se ha quedado en Villa Garlla para el apoyo de la logística que requerirán las entregas de alimentos y enseres al Ejército Imperial, que ahora será responsabilidad de Octavio; propiamente es el único hombre que les he cedido a mis hijos con los cambios que ha habido.

 

La correspondencia de los emissarii avanza en los datos que requerimos sobre el Fariseo Misael, ya la he leído y la responderé en el viaje a Reghium, en donde la entregaremos para envío a Athenæ, ciudad en la que ya se encuentran ellos.  Ya sabemos que los ‘Fariseos’ son una secta dentro de la religión judía, que han formado algunos Rabbuni, maestros estudiosos de la Ley, para contrarrestar los mandatos de los Sumos Sacerdotes, cuando éstos no son de se ‘gremio’; los otros son los Saduceos, que se han caracterizado por ser más agresivos y pro-belicosos en contra del Imperio, a través de los zelotes, una fuerza armada protegida y financiada indistintamente por ambos bandos, dependiendo de su participación en el Sanedrín Judío, esa especie de Senado que ellos tiene para el manejo teocrático del Gobierno del Pueblo de Israel.

 

ITINERARIO DEL PRIMER VIAJE DE

VERITELIUS DE GARLLA A

HIEROSOLYMA (Jerusalén)

                                                                                              MILLAS

FECHA          SALE DE                   LLEGA A                  Romanas                   DIAS

06 Iulius        Capreæ                      Reghium                       240                             1

07 Iulius        Reghium                                                          541                             2        

08 Iulius                                           Apollonia

09 Iulius        Estancia en Apollonia                                                                      1

10 Iulius        Apollonia                                                        561                             2      

11 Iulius        Shabat                       Alexandria

12 Iulius        Estancia en Alexandria                                                                    1

13 Iulius        Alexandria                Cesarea de Palestina  330                             1

 

 

Cinco ciudades – 1,672 Millas Romanas – ocho días navegados – 209 millas día.

(1 milla Romana = 1,480 m , ’ , 1,762x1,480 = 2,607 Km. /8 = 326 Km./día)

 

Termino la reunión y mando a toda la gente a que se prepare para zarpar, lo que haremos en una hora.  Yo me reúno con mi familia para empezar la despedida por el viaje, que nos va a separar nuevamente muchos días.

–        ¡Todo aquí es como un sueño!, Veritelius, me dice Lili, mi amada esposa; no falta absolutamente nada y hay cosas que nosotros nunca habíamos usado; realmente ‘podría acostumbrarme a este lujo’, amado esposo, lo cual sería poco conveniente para ti. Me amenaza bromeando.

–        Sí, mujer, solo ten en cuenta que nosotros solo somos invitados y al amparo del Emperador Tiberio Iulius Cæsar, y que, cuando él deje de serlo o muera, algo que nadie sabe cuándo sucederá en el tiempo, pasaremos a ser la misma familia de militia que hemos sido siempre; le respondo sin desanimarla mucho

–        El jardín es excepcionalmente bello, más aún, que el que has podido hacer en Villa Veritas, en Roma, que ya es muy hermoso; y las estatuas, solo les falta hablar; además, las habitaciones son amplísimas y el mobiliario es inimaginable; ¡Mejor que un sueño!, termina diciendo la emocionada ‘amma’ del domus.

–        Ya llevo algunas buenas ideas para Villa Garlla, Patris, me dice Octavio, ha sido muy bueno que nosotros hayamos venido.

–        Ten cuidado, le respondo, tú no tienes los mismos recursos que el hombre que es dueño de esta mansión y podrías gastarte el dinero que aún no tienes, terratenientis; le comento al emocionado joven.

–        Oye, Patris, ¿a esto aspira un Tribunus Legatus?; porque si es así, estoy en el camino correcto en la militia; me dice Julio, el neo Magíster.

–        No Julio, esto no es real ni para nosotros, ni para ningún Tribunus Legatus actual o futuro; esto es Real para el Imperator nada más; ni te ilusiones, hijo; le respondo.

 

Cada uno tiene algo que decir de sus impresiones en Novus Villa Garlla Capreæ, hasta los más pequeños, pero me esfuerzo por mantenerles en la realidad a todos; yo no tengo memoria de algún Jefe Supremo del Ejército Imperial Romano que haya sido tratado con tal distinción por el Emperador, por lo tanto, todo esto siempre será considerado de mi parte como ‘irReal’.

 

Tiberio Julio César, Calígula y Claudio nos reciben en el Palacio de la Ensenada de Capreæ para desearnos buen viaje.  Hacemos formación militar y con todos los honores somos despedimos por la Guardia Pretoriana y nuestros dignísimos Jefes Supremos, quienes estarán expectantes de los resultados que vayamos a conseguir.  Ellos mismos le han dado el máximo nivel de importancia al asunto, al nombrarme como Plenipotenciario con ‘ordinatios immediâtus’ para las decisiones que yo tome.  Esto realmente no es fácil, además de ser muy comprometedor para una carrera militar impecable por más de cuarenta años; cualquier desacierto, y yo podría pasar del ‘retiro militar’ al ‘olvido total’.

 

Las misivas de los Emissarii han sido muy provechosas para el avance de mi conocimiento sobre el pueblo iudaicus; más los datos de los scriptôris sobre las encuestas en Garlla, me ayudarán a comprender mejor a esta gente.  Por lo pronto les respondo a los ubicados en Athenæ:

Insûla Capreæ, Iulius V, del

 Año XX del Reinado de Tiberio Julio César

                                                     

            Emissarii Ícaro y Galo:

                       

            Información hasta Iulius I, recibida.  Proceder correcto.  Estamos saliendo hacia            Hierosolyma (Yeru-salem); el envío de esta misiva será desde Reghium.  Muy   buenos datos sobre Anás y Caifás; hablen de política con Fariseo Misael; también        expónganle su propio parecer respecto al Panteón de dioses Romanos; no             soportará esos temas y probable diga cosas que nunca debió haber dicho. Todos             sus nuevas misivas enviarlos por liburna del César a Cesarea de Palestina a mi           nombre para entrega a mi arribo.          

                                                                                  ¡Ave César!

                                                           Tribunus Legatus Veritelius de Garlla

 

Las adaptaciones que realizó Selenio Abdera en la “Liburna Christina”, no las vamos a cambiar; serán utilizadas para los Centuriones en viaje y para él mismo.  Resultaron muy convenientes y muy bien hechas como para deshacerlas.  Una más de las modificaciones convenientes (junto con el arsenal que se le ha instalado) para enseñarle a Sóstenes de Kirítis. El Præfecto de Navis tiene ya precisas instrucciones mías de registrar en su bitácora todo cuanto acontezca de esta travesía. Después de Reghium, este será el primer paso continental que haremos del Mare Nostrum y además, inicia la época de lluvias, los rezos a Neptunus se van a oír a millas de distancia.  Serán dos largos días de incomuni-cación total; estaremos solos en el Mare Magnum, como le llamaban los antiguos Romanos de la República.

 

He apostado con mis hombres un día extra de pago en oro: yo digo que en el trayecto que realizaremos de Reghium a Apollonia, no divisaremos ninguna navis, ni nuestra ni de ninguna otra nación; ellos dicen (incluido Silenio), que al menos una veremos.  Si ellos pierden, lavarán la liburna con jabón.  La apuesta es válida media jornada después de haber dejado Italia y media jornada antes de llegar a Cyrenaica, son más de trescientas millas de solo mar, no se observa ninguna costa; es el cuadro de navegación más vacío que hay en todo este Mare Nostrum, además, la zona más profunda.  Aquí las olas del mar hacen cimas de treinta pies de alto y valles profundos de millas y millas de largo y ancho, que cuando terminan de moverse, uno no sabe si avanzó o retrocedió.  Espero que nuestro Centurión del Mar ya tenga esas experiencias; si no, sufriremos todos.  Hasta Reghium no haré más que leer.  Cenaremos a la hora que lleguemos allá.

Primera jornada sin contratiempos; cuando dejamos Capreæ era la hora segunda del día y aquí en Reghium acaba de terminar la segunda vigilia; trece horas navegando sin ningún tramo desfavorable.  Solo viento a barlovento en nuestras tres velas, lo que ha producido impulso a favor extraordinario; igualmente, la flotación es excepcional y la quilla profunda hace muy manejable a favor nuestro a la poderosa “Liburna Christina”. 

 

Aquí mismo, con la navis anclada cenaremos y dormiremos, mañana muy temprano saldremos a nuestra gran aventura marina: cruzar el cuadrante profundo del Mare Nostrum sin costear Sicilia, ni Cartago, ni África, ni Cyrenaica; sino directo de Reghium a Apollonia: quinientas veinte millas de mar, en lugar de mil trescientos cincuenta millas de costas; dos días en lugar de siete; esa es una gran diferencia y hay que aprovecharla.  No pretendo enseñar a los osados liburnae del tabellarius (correo) del César una nueva ruta de Cesarea de Palestina a Roma; pero si sirve, por supuesto que les diremos cómo hacerlo.  Ellos navegan por las islas griegas y el Mare Ægeum; nosotros lo haremos por las costas de Cyrenaica y Ægyptus.

 

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Afectísimo en Cristo de todos ustedes,

 

Antonio Garelli

 

 

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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.



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