"LA HIGUERA ESTÉRIL" (14)

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¡Alabado sea Jesucristo!

México, D.F., Octubre 22 del 2015

14.- “PARÁBOLA DE LA HIGUERA ESTÉRIL”

(Lc 13, 6 – 9)

“Les dijo esta parábola: ‘Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué está cansando la tierra?”  Pero el viñador le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.’”

ACTOS DE PREPARACIÓN:

            Todos somos siembra de Dios, porque todos hemos sido creados por Él; esto muchas ocasiones no lo capto, no alcanza mi razonamiento para entender.  Pero, justo este es el momento en que, aprovechando la Fe, puedo distinguir claramente aquello que mi entendimiento no abarca.  Para eso tengo esta Virtud Teologal, Don de Dios; para creer en sus designios.

Y si no fuera por la Esperanza, si solo fuese por la razón, no tendría yo ninguna posibilidad de que el resultado pudiese cambiar a mi favor.  Bendito Don éste, pues, que me permite aguardar mejores circunstancias, a pesar de mí mismo.

            Además, cuento con la Caridad, que amplía el horizonte de mis posibilidades por su infinito contenido de entrega, de desinterés y de donación sin límites.

PETICIÓN:

            Señor, acepta mis humildes esfuerzos para multiplicar tu obra; ten piedad de mis pobres resultados y ayúdame a ser mejor y más eficaz.       

EL TIEMPO Y EL LUGAR:

Con esta parábola termina Jesús su estancia y discursos en la casa de Lázaro,  Marta y María en Bethania.  Regresará aquí otras dos veces: una, para resucitar a Lázaro de su repentina muerte; y otra, seis días antes de su entrada triunfal a Jerusalén, justo antes de su Pasión.  La estancia esta vez ha sido de algunos días en casa de su buen amigo; y ha habido de todo: encuentros privados y poco agradables con fariseos, contactos con multitudes, reuniones con sus discípulos, y curaciones a enfermos y endemoniados.

San Lucas debió haber tomado toda esta información directamente de los asistentes a los eventos, principalmente de María, la querida Madre del Rabboni.  Solo hay que ver el detalle y la dulzura con la que están escritos estos días del Ministerio del Señor, para imaginarnos quién es la fuente para el Evangelista.  Hasta los momentos duros y severos están tratados con delicadeza.  Cuánto sirvió para la redacción del Evangelio ese “. . . María guardaba todo en su corazón. . .”  Esto, de forma implícita, quiere decir que las narraciones de Lucano, están hechas ‘con la abundancia del corazón’ de la Santísima Virgen.

Desde aquí visitará pueblos y ciudades de Judea antes de arribar a Jerusalén por última vez.  En todos estos lugares dejará grandes enseñanzas y manifestaciones portentosas de su Divinidad.  Los desiertos pedregosos que rodean a la gran ciudad, generalmente tristes y desolados, se verán llenos de vida con el paso de las caravanas que quieren ver a Jesús en su predicación por la tierra de los profetas.

LOS PERSONAJES Y ELEMENTOS:

El hombre dueño de la viña es Dios; la higuera plantada somos todos, cada uno de los que hemos conocido el Evangelio; la viña es el mundo que ha de ser evangelizado; el viñador es Jesucristo, el ejecutor de los designios de Dios; y el fruto esperado, son los resultado que hemos dado en nuestra vida como consecuencia de  aplicar o no la Palabra de Dios.  Los tres años, son la duración del Ministerio de  Cristo Jesús en Palestina.  La falta de frutos en la higuera, son los pobres resultados del acogimiento del mensaje del Señor por parte de los habitantes de Judea, Galilea y las regiones vecinas.

MEDITACIÓN:

Si me pongo un poco exigente con lo que soy, esta parábola del Señor podría ser cualquier día de mi afanosa vida.  Voy a hacer la pregunta que sigue solo por analizar un poco en mi interior y a plena conciencia y verdad:

 Si hoy viniese el dueño de la viña (Dios), a su viña (el mundo), ¿qué frutos habría en esta higuera (que soy yo)?  ¿Qué le diría al viñador (Jesucristo) acerca de lo que ha encontrado en la higuera?  Mejor aún, ¿encontró algún fruto?

Creo que en el mejor de los casos, y ante las evidentes necesidades de reevangelización del mundo, los frutos serían muy pocos.  Ningún católico podría sentirse a gusto con sus resultados, ante el crecimiento desmedido del materialismo, el egoísmo y el secularismo que azota nuestro mundo, nuestra civilización. Por que, ¿hemos hecho suficiente (o al menos algo) para contrarrestarlo?

Esta higuera que soy yo, ha sido plantada (desde que nací y fui bautizado), regada con agua del cielo (que son los Dones de Dios que poseo), abonada y cultivada (con la instrucción religiosa que he recibido); por lo tanto tiene que dar frutos, porque ha sido provista de lo necesario para rendirlos.  El Dueño de la viña no reclama resultados en donde no es posible obtenerlos; pero sí lo hace con quien ha invertido, con quien ha sido generoso, con quien ha demostrado paciencia.  Si soy bautizado, si tengo vida (que es don de Dios) y conozco mi Fe, entonces, tengo la obligación moral de producir fruto. ¡Y tengo muchas oportunidades de dar frutos!:

Como Cónyuge: en mis relaciones matrimoniales sinceras, fieles y amorosas; que he de proveerlas así, porque también para mí son buenas.

Como Padre: en el amor, atención y cuidados que prodigue a mis hijos, sin importar si son pequeños o ya mayores.

Como Hijo: en el interés por el bienestar general de mis padres; en la obediencia si todavía estoy sujeto a ellos, o en sus cuidados en su vejez y soledad.

Como Líder: en la conducción eficiente y eficaz de los grupos que me han sido asignados; llámese institución, empresa, negocio, club social.

Como amigo: en preocuparme y ocuparme por ellos en su acercamiento a la Iglesia, o a los Sacramentos o por su salvación.

Como cristiano: ejerciendo la Caridad, como otro Cristo.

Son amplísimas mis posibilidades de generar frutos, y además, Dios me ha dotado de las herramientas con las cuales los puedo cultivar; me ha dado Fe, Esperanza y Caridad, sus Teologales Dones; me ha provisto de las Virtudes Cardinales que son Gracia inmerecida; y por si esto fuera poco, me ha hecho merecedor de  los siete Dones del Espíritu Santo a los cuales, como católico, puedo acceder tan solo con invocarlos de corazón con fidelidad y sinceridad.

Si hoy viniera el Dueño de la viña a revisar mis frutos, ¿qué instrucción le daría a Cristo Viñador, ante esta higuera llamada como yo?

FRUTO:

VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO SEGUIDOR DEL SEÑOR.

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ORACIÓN A MARÍA:

            Virgen Santísima, que por el ‘Fruto de tu vientre’, Jesús, has pasado a ser la ‘Bendita entre todas las mujeres’; ayúdame a encontrar la forma y los medios que debo emplear para dar los frutos que Tu Hijo, Hermano y Señor mío, habrá de recolectar en la visita que Él me haga. Por Jesucristo nuestro Señor.  Amén.

PADRENUESTRO – AVEMARÍA 

En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.  Amén.

 

Afectísimo en Cristo de todos ustedes,

  

Antonio Garelli

 

 

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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.



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