"LA MONEDA EXTRAVIADA" (20)

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¡Alabado sea Jesucristo!

 

 

México, D.F., Diciembre 3 del 2015

 

 

20.- “PARÁBOLA DE LA MONEDA EXTRAVIADA”

(Lc 15, 8 – 10)

“O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.’  Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un pecador que se convierta.”

ACTOS DE PREPARACIÓN:

            Como Don de la Misericordia de Dios, y único medio para tener contacto con el Creador, la Fe prepara el camino hacia el Señor y hace posible escuchar su mensaje.  Ven, pues, Fe bendita y ayúdame a comprender la Palabra de Dios.

            Con la Esperanza, cimiento de la Fe hacia la salvación, puedo aguardar con confianza el dictamen del Señor contenido en Su Evangelio para mí, en este día y ante las circunstancias únicas de mi vida.

            Y con la Caridad, manifestación inequívoca del amor de Dios por los hombres, puedo disponerme, libre y voluntariamente, a ser medio del Señor ante mis hermanos para su acercamiento al Reino de los Cielos.

PETICIÓN:

            Señor mío Jesucristo, heme aquí, dispuesto a ser instrumento de tu voz; tómame en cuenta para que sea útil a tus designios, pues es mi voluntad servirte sin reserva.

EL TIEMPO Y EL LUGAR:

Para Lucano estos últimos viajes del Maestro tienen singular importancia, pues visita solo los lugares cercanos a Jerusalén en las tierras medias de Judea: desde Emaús hasta Betania en Perea; y desde Jericó hasta Hebrón.  En muchos de esos pueblos viven buenos amigos de Jesús y, sabiendo Él la proximidad del fin de Su ministerio, a todos los ha querido visitar.

Cuando nuestro Señor Jesucristo implementa la mashal (parábola) como su método de enseñanza para las multitudes que le siguen, lo hace especialmente para comparar al Reino de los Cielos con algo valioso o muy querido entre los seres humanos.  Y esto lo hace no porque tenga un valor similar, sino para que sus escuchas (y nosotros), apreciemos mejor de qué nos está hablando.  Sin embargo, durante las dos últimas semanas de su Ministerio y vida pública, las parábolas están dirigidas al cuidado y atención del prójimo, de los valores y de los bienes recibidos de Dios.  Conviene señalar esto, pues el Divino Maestro ha pasado de lo general a lo particular;  de qué es el Reino de lo Cielos, a cómo nos lo podemos ganar.Ahora se encuentra en Ramá, camino de Jericó desde la meseta desértica y rocosa, hasta el valle sur del Jordán.  Bien fuera en el viaje de subida hacia Jerusalén o en el trayecto de bajada desde la misma, Ramá era una parada obligada de descanso.  Tenía el pueblo diversas plazas en donde los viajeros podían descansar, tomar algún alimento o realizar las compras en cualquiera de sus mercados.  Estos lugares bulliciosos eran los preferidos de pecadores y publicanos que se desplazaban por todo el País en busca de oportunidades y negocios.  Y es precisamente allí donde Jesús escogía para anunciar La Buena Nueva.  Para este tiempo, unas semanas antes de su Pasión, el Señor es permanentemente vigilado por escribas y fariseos; siempre habrá alguno de ellos siguiéndole para observarle.

LOS PERSONAJES Y ELEMENTOS:

La mujer, somos todos.  Las cien dracmas, son nuestro prójimo.  La dracma que se pierde, es algún familiar, amigo o compañero al que debemos ayudar.  Las amigas y vecinas, son nuestro círculo familiar, social o laboral. 

MEDITACIÓN:

¡Cómo me quieres, Señor; y cómo te interesas en que te entienda!  Hasta me repites las mismas enseñanzas, pero con otro ambiente, en otro entorno.  Ya me di cuenta: no es que Tú seas insistente, no; es que sabes de la dureza de mi corazón, de la cerrazón de mis criterios y del descuido que tengo de seguirte.  Y digo que me quieres mucho porque quieres que me salve.  Mas para salvarme tengo que ser reflejo de Tu amor, de ese amor apasionado del cual diste tan grande ejemplo: “el verdadero amigo, da la vida por sus amigos.”

Me queda claro, Señor, que el empeño que ponga en el cuidado del prójimo está directamente relacionado con lo que Tú quieres que yo haga: ser vigilante de mis semejantes, de mis allegados, de los que Tú me has dado para ser reflejo de Tu luz, y sazón de tus palabras.  Pero no soy humilde ni misericordioso; y a veces ni me importa perder lo que de Ti he recibido.  Sé, Señor, que no debo ser así; sé que debo ser diligente, preocupado y ocupado de quienes dependen de mí por mandato tuyo, insistente en la búsqueda de los que se extravían, empeñoso en encontrarlos y ayudarlos a estar contigo.  Y lo quiero, Señor, pero me hace falta desprendimiento.

Tengo que lograr mi entrega total a mi cónyuge, para que seamos uno, Señor; como Tú eres uno con tu Iglesia.  Que lo que pensemos sea el bien, y lo que digamos, también; y que en nuestras acciones se sienta la caridad.  Amor esponsal como el tuyo, Señor.

Tengo que alcanzar la dedicación estrecha a mis hijos e hijas, en el sentido de darles mi tiempo, mis cuidados, mis haberes y mis experiencias, a fin de que sean dignos de Ti.  Multiplicarme en el bien para ellos.  Amor paternal como el tuyo, Padre Santo.

Tengo que procurar a mis padres, Señor, a quienes Tú escogiste para mí; maduros o ancianos; dependientes o no; pero siempre necesitados de mis cuidados. Amor filial como el tuyo, Señor.

Tengo que ser condescendiente y compasivo con mis hermanos y hermanas (y con sus cónyuges, si fuera el caso), hasta llegar a sentirlos verdaderamente como ‘otro yo’.  Que el bien que yo tenga lo disfruten ellos y que su felicidad sea la mía.  Amor fraternal como el tuyo, Señor.

Pero sobre todo, Señor, Amor de Apóstol Cristiano; como el que Tú nos enseñaste.  Para los amigos y los no tanto; para propios y extraños; para los conocidos y los por conocer; para los superiores y subordinados. Para todas tus ‘dracmas’ que has puesto en mi vida; para que yo las busque y las encuentre, y en ese mismo afán, me regocije con ellas.

FRUTO:

VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO SEGUIDOR DEL SEÑOR.

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ORACIÓN A MARÍA:

            Virgen Santísima, tú que viviste en la Divina Persona del Hijo, Tú Hijo, la inagotable Gracia de la Caridad, ayúdame a estar bien dispuesto ante “mis búsquedas y encuentros” y que sean éstos medio de mi salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor.  Amén.

PADRENUESTRO – AVEMARÍA

En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.  Amén 

Afectísimo en Cristo de todos ustedes,

 

Antonio Garelli

 

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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.



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